Hace unos días, el antiguo secretario general de la Unión Sindical Obrera, Manuel Zaguirre, hoy militante del PSC, me contactó después de treinta años de un primer contacto y me facilitó unos libros en los que se recupera a la personalidad de Eugenio Royo, muerto hace veinte años, con recuerdos, entre otros, del propio Zaguirre y Enrique Barón. Tuve la primera entrevista personal con Royo en 1984, volviendo a conversar con él diez años después a propósito de mi libro El PSOE contra Franco y del proyecto de una historia de la Hidroeléctrica Santillana.
Su personalidad, de enorme humanidad, es significativa de dos de los procesos más significativos del socialismo español de posguerra, como fueron el acercamiento de jóvenes católicos obreros y la incorporación de clases medias de formación universitaria. Ambos procesos de transformación de la organización de la base y de la cultura política socialista rompían con la polarización clerical-anticlerical y con el predominante obrerismo del socialismo español de preguerra.
Nacido en 1930 e hijo de un militante ugetista de Rentería, Royo tuvo una formación técnica de delineante y estudios de Empresariales, incorporándose a la naciente Juventud Obrera de Acción Católica en 1947. En la segunda mitad de los años cincuenta fue presidente de la Juventud Obrera Cristiana, vinculada a la organización internacional del mismo nombre. Esta vinculación internacional le hizo tomar contacto con la Confederación Francesa de Trabajadores Cristianos (CFTC), que inspirada por el grupo Reconstrucción liderado por Paul Vignaux y el dirigente Renné Salanne, evolucionó en 1964 hacia la desconfesionalizada y autogestionaria CFDT, que tanta importancia habría de desempeñar en mayo del 68 y en la refundación del socialismo francés en los años setenta.
Royo elaboró la carta fundacional de la Unión Sindical Obrera desde 1960 abogando por la autonomía y unidad del sindicalismo democrático y la autogestión. Desde 1964 trabajó como delegado en Madrid de la cooperativa Fagor, lo que le permitió utilizar sus contactos regionales con antiguos jocistas para lograr en 1965 ratificar la carta fundacional de USO. A la nueva organización se adhirió un sector de la UGT de Cataluña, tras el fracaso de la Alianza Sindical Obrera en 1966. Fue secretario general del naciente sindicato socialista hasta 1971, cediendo la dirección a José María Zufiaur, tras las convulsiones que sufrió USO en el bienio anterior entre los que querían crear una organización política revolucionaria cercana al marxismo leninismo y los que defendían una organización consejista y autogestionaria.
Después de los fracasos de la unidad de acción con UGT al final de los años sesenta, que eran potenciados por el sindicalismo internacional y gestionadas por el ugetista exiliado Manuel Muiño, la renovación y traslado del eje de la dirección ugetista al interior de España con Nicolás Redondo propiciaron un nuevo acercamiento, que se frustraría de nuevo por competencia en el espacio sindical hasta después de las elecciones de 1977.
Eugenio Royo y Enrique Barón propulsaron el grupo Reconstrucción Socialista, que participó en la Conferencia Socialista Ibérica impulsada por los socialistas franceses en 1974. La defensa del federalismo y de la autogestión, junto al rechazo a integrarse en las federaciones de un “restaurado” PSOE, llevaron a la constitución de los grupos de Convergencia Socialista, especialmente en Madrid, Cataluña y Valencia, que en la primavera de 1976 crearon la Federación de Partidos Socialistas. Después de las elecciones generales de junio de 1977, Royo promovió el debate en USO que condujo a la unión de un sector del sindicato con UGT en diciembre de 1977. Sin embargo, debido a razones personales, Eugenio Royo no desempeñará ningún puesto orgánico ni representativo en los primeros años de la democracia, rechazando ser delegado del gobierno en Navarra en los primeros años de la época socialista. Finalmente, con Joaquín Leguina desempeñó la consejería de Economía y Trabajo del gobierno de la Comunidad de Madrid entre 1987 y 1991, lo que ayudó a mejorar las relaciones con los sindicatos a pesar del desencuentro con los gobiernos nacionales del PSOE.
Tras su jubilación como gerente de Hidroeléctrica Santillana, participó en la Comisión Española de Ayuda al Refugiado y fue miembro del Consejo Social de la Universidad Carlos III hasta su prematura muerte en 2001.
Fuentes y bibliografía:
Testimonios orales, 1984 y 1994.
Manuela Aroca, La confluencia del sindicalismo socialista: fusión USO-UGT, Madrid, Cinca, 2017.
Antonio Albarrán, “Eugenio Royo, sindicalista y ex consejero de Madrid”, El País, 19.6.2001.
Juan Antonio Delgado, Biografía autorizada de Eugenio Royo, Madrid, Endymion, 2017
Abdón Mateos, Exilio y clandestinidad. La reconstrucción de UGT, Madrid, UNED, 2002
Manuel Zaguirre, Habrá que sembrar el futuro de recuerdos. Lo que compartí con Eugenio Royo, Gijón, Pelayo, 2016.